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La ausencia de políticas públicas de accesibilidad urbanística constituye una amenaza permanente para la población de personas con discapacidades sensoriales.

Mejores condiciones de accesibilidad nos previenen de nuevos accidentes de personas con discapacidad sensorial

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La semana pasada, el jueves 19 de mayo último, se propalaron en diversos medios la trágica noticia del accidente que sufrieron una pareja de personas con discapacidades sensoriales, una de ellas con sordoceguera. El suceso tuvo lugar en el distrito de San Juan de Miraflores donde se registra una importante población de personas con discapacidades sensoriales, personas ciegas, personas sordas y personas con sordoceguera.

Afortunadamente la clínica Santa Martha anunció que asumirá los costos de recuperación de la persona que resultó con serios daños físicos.

Lo que no se encuentra en las diversas publicaciones Web son las circunstancias del accidente. Si bien se han tomado escenas de cámaras públicas del distrito, donde se registra los instantes previos al suceso trágico mismo, pero no se ha aportado más información sobre por qué exactamente ambas personas transitaban por la pista y no por la acera. Como debe saberse, San Juan de Miraflores es uno de los distritos menos accesibles de la ciudad, con ausencia de aceras, con escasa señalética de accesibilidad y con deficientes políticas públicas de desarrollo urbanístico con enfoque inclusivo.Consideramos especialmente trascendental poner en el debate y la conciencia pública la urgencia de las políticas públicas en accesibilidad y de inclusión urbanística para, entre otras cosas, evitar esta clase de eventos altamente lesivos para la salud de las personas con discapacidad de nuestro país.

Poor ahora tranquiliza saber que el terrible evento en San Juan de Miraflores termina sin final trágico, sin embargo, el daño recibido por la persona con sordoceguera es de larga recuperación.

Desde CIDESI convocamos a toda la comunidad, a las autoridades ediles, a las organización de personas con discapacidad, a los medios de información y a los propios ciudadanos para consensuar mejores estándares de vida para las personas con discapacidad, y de paso, para todos los ciudadanos. Recordar que en materia de urbanística todo lo que es accesible para las personas con discapacidad resulta siendo extraordinariamente amigable para las personas sin discapacidad.

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