Perros guía para invidentes
Entrenamiento dura de 5 a 8 meses y el perro, después de algunos años, puede jubilarse
Con comandos verbales y ejercicios de asociación. Hay centros de entrenamiento especializados en el servicio, financiados por ONGs o por el gobierno, y ellos arman con todo o casi todo el costo (de R $ 35 mil a R $ 45 mil). Los ciegos se quedan sólo con los gastos comunes del bicho, como alimentación, veterinario, baños, etc. La primera escuela de entrenamiento fue inaugurada en 1916 en Alemania por el médico Gerhard Stalling, pero en Brasil la ley que permite la presencia de perros guía en espacios públicos sólo fue sancionada en 2006 (aunque había ONGs entrenando a los bichos antes de eso). Hoy, la demanda en nuestro país es mayor que la oferta: una institución como la Perla Guía Brasil, que actúa desde 2009, entrena cerca de cinco perros al año, pero hay más de 8 mil personas en espera.
Trabajo para perro
Los perros se entregan a los ciegos con poco más de 1 año de vida y actúan generalmente hasta los 9.
1. A partir de los 3 meses y durante aproximadamente un año, el animal pasa a través de la socialización, la primera fase de la formación. En ese período, es adoptado por una familia provisional, que se encarga de presentar el animalito a las situaciones del día a día. Él acompaña a los humanos al trabajo y al ocio y camina de transporte público. El objetivo es acostumbrarse a la vida en sociedad.
2. Después de que el perro se devuelve al centro de entrenamiento para aprender los comandos básicos. Él pasa a usar la guía, una especie de “chaleco” con un alza rígida que sirve de comunicación con lo humano. El perro va a asimilar que, mientras esté con el accesorio, está trabajando. Al sacarlo, sabe que está liberado para jugar y comportarse como una mascota.
3. La formación tiene una duración de cinco a ocho meses y se basa en comandos verbales y repetición. Por ejemplo, una de las lecciones más importantes es caminar en línea recta: cuando el perro se desvía del camino, el entrenador simplemente para. El ejercicio se repite hasta que el perro entiende que no puede salir de la ruta.
4. Para enseñarle a parar en la acera, el entrenador puede hacer un estímulo físico, poniendo una mano para que sea menor. Hasta que él entienda y se siente solo, la técnica es reprisada. La repetición de comandos también sirve para el perro aprender a seguir adelante: él va a entender que, cuando los coches paran, es hora de caminar.
5. Tiene que ser llevado a lugares para aprender el camino. Al llegar allí, es necesario repetir el nombre del local para que asocie la palabra al destino.La repetición de “panadería” dentro de una panadería, por ejemplo, hará que relacione una cosa a la otra y vaya hasta allí cuando sea solicitado.